domingo, 14 de diciembre de 2008

Otra de doña Delia.

Es fácil enamorarse de estas mujeres que hacen poesía, cuando la invitación es tan abrazadora como esta que hace Delia Dominguez,  ¿se repitio el plato? con todo gusto y merecimiento, es que este poema no podía faltar... Gracias nuevamente Clara por presentarla.  Hoy compré su antologia personal de poesia y prosa, estoy desarmado al leerla, casi se puede sentir el sur y sin duda se puede sentir lo que doña Delia nos cuenta.



Esta es la casa.


Esta es la casa
aquí la tienes con la puerta abierta
Aquí vivo
conjurada por la noche de campo
y los mugidos de las vacas
que van a parir a la salida del invierno.
Entra en las piezas de sentimiento antiguo
con manzanas reinetas
y cueros claveteados en el piso.
Esta es la casa para ser como somos,
para contar las velas de cumpleaños
y las otras también,
para colgar la ropa y la tristeza
que jamás entregaremos a la luz.
Este es el clima, niebla y borrasca,
sol partido entre los hielos
pero encima de todo:
un evangelio duro
una pasión sin vuelta
una carta de agua para la eternidad.
Esta es la zona: Km. 14, Santa Amelia,
virando hacia el oeste,
con todas las jugadas de la vida
y todas las jugadas de la muerte.
Esta es la casa raspada por los vientos
donde culebreaban los inviernos
de pared a pared
de hijo a hijo
cuando nos aliviábamos con ladrillos caldeados
para aprender las sagradas escrituras
que la profesora de la Escuela Catorce
sacaba de un armario
o de los dibujos de un pañuelo.
Esta es la fibra fiel de la madera
donde calladamente me criaron
entre colonos y mujeres
que regresaron a su greda.
Aquí vivo con la puerta abierta
y este amor
que no sirve para canciones ni para libros,
con mi alianza sin ruido a Santa Amelia
donde puedes hallarme a toda hora
entre las herramientas y la tierra.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Delia Domínguez




Me han presentado a Doña Delia, con una pincelada de su historia y una de sus poemas... Impresionante.  Gracias Clara por eso.



HUELGA DE BRAZOS CAIDOS
 
Hoy no quiero sentirme vulnerable.
Hoy no escribo. Me forro el talón de Aquiles
Y todos los talones con calcetín de yeso

Prefiero salir con mis perros a rastrear
La huella del zorro-chingue.
Para eso tengo olfato y oído de tísica

Hoy no quiero ser blanco de nadie.
¿Oyeron? Tampoco iré al jardín con
Rainier Maria Rilke las espinas pueden ser
traicioneras y, menos le pediré
A don Sigmund que me tire las cartas
del psicoanálisis.

No estoy para hazañas.Hoy no escribo
Me declaro en huelga señoras y señores



LOS CÓMPLICES 

Te decía en la carta
que juntar cuatro versos
no era tener el pasaporte a la felicidad
.............timbrado en el bolsillo
y otras cosas más o menos serias
como dándote a entender
que desde antiguamente soy tu cómplice
cuando bajas a los arsenales de la noche
y pones toda tu alma
y la respiración
perfectamente controlada
por mantener en pie tus rebeliones
tus milicias secretas
a costa de ese tiempo perdido
en comerte las uñas en mantenerte a raya
..............tus palpitaciones
en golpearte el pecho por los
..............malos sueños
y no sé cuantas cosas más
que, francamente, te gastan la salud

cuando en el fondo
sabes que estoy contigo
aunque no te vea
ni tome desayuno en tu mesa
ni mi cabeza amanezca en tu pecho
como un niño con frio
y eso
no necesita escribirse.

sábado, 8 de marzo de 2008

Puntos Suspensivos - Joaquin Sabina

Lo peor del amor, cuando termina,
son las habitaciones ventiladas,
el solo de pijamas con sordina,
la adrenalina en camas separadas.

Lo malo del después son los despojos
que embalsaman los pájaros del sueño,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole ni dueño.

Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,
condenar a galeras los archivos.

Lo atroz de la pasión es cuando pasa,
cuando, al punto final de los finales,
no le siguen dos puntos suspensivos

sábado, 1 de marzo de 2008

Lee Señor mis versos defectuosos (Oscar Hahn)




Lee Señor mis versos defectuosos
que quisieran salir pero no salen:
ya ves que poco valen mis esfuerzos
y mis desdichas ay que poco valen

Con tu ayuda saldrían universos
de palabras preñadas pero salen
débiles moribundos estos versos:
deja que el último suspiro exhalen

Ayúdame Señor: que no zozobre
en la mitad de este terceto pobre
Mira estas ruinas: palpa su estructura

dónales lo que tengas que donarles:
y la vida que yo no supe darles
dásela tú Señor con tu lectura