domingo, 30 de mayo de 2010

Algo sutil, clandestino, remoto, una orden...

Mañana de domingo, mientras me regocijaba entre las notas delas voz de la Lina, un café con leche y el sol que se veía reinaría en este día, leía a W. Whitman. Si hojas de hierba… y encontré un extracto de “Partiendo de Paumanok” que me pareció necesario compartir, que todo el que pudiera, aunque fuera por el azar y el ocio de una mañana de domingo, tropezarse con èl. Es el numero 11. Disfrútenlo en calma.

“Mientras daba en Alabama mi paseo matinal,

Vi a la hembra del sinsonte en su nido,

Entre zarzas empollando sus huevos.

Vi también al macho,

Me detuve a escucharlo muy de cerca,

Mientras él inflaba la garganta y

Cantaba, gozoso.

 

Y allí, detenido, se me ocurrió que aquello

Por lo que él cantaba

No estaba tan sólo allí,

Que no era sólo por su compañera y por

él mismo, ni por todo lo

que el eco le devolvía,

Sino por algo sutil, clandestino, remoto,

Una orden transmitida y un oculto don

para todos aquellos que nacían.”

Walt Whitman (1819 – 1892)